Cuando cumples 16
años (la edad en la que se nos permite trabajar) a todos nos da la tentación:
quiero trabajar, ganar mi propio dinero para pagarme mis propias cosas/estudios
cosa que está muy bien. Personalmente, empecé a trabajar con 18 años para pagarme
mi carnet de conducir, mis clases y mis propias cosas claro.
Ahora, os digo una
cosa, espero no volver JAMÁS a mi anterior trabajo. El primer año empecé
emocionada: conocería a nueva gente, empezaría a ser más responsable… eso me
encantó, de hecho, volví a ser contratada al siguiente año.
¿Cuál fue mi sorpresa
cuando volví? Todo el mundo había cambiado, una exageración. Pasas de llevarte
bien con todos a ver cómo, sin ton ni son, se meten contigo y encima cuando
estás harto de aguantar y lo comentas con tus jefes para no tener cerca a esas
personas, los “criticones” por llamarlo de alguna manera se echan encima de ti diciendo
que despiden a la gente por tu culpa. ¿¡POR MI CULPA!? Si fuera por mí no
trabajarían más allí para qué nos vamos a engañar, pero yo lo único que
pretendía era que me dejaran en paz. Puede ser que se llame cobardía pero yo
paso de contestar a esas estupideces.
Esto ya comenzó a
principio de ser contratada en el segundo año. El “acoso” siguió incrementándose
mucho hasta que me marché de allí, por suerte extinguía mi contrato, pero
cuando me fui, comenté a mi anterior jefe que no volvieran a llamarme JAMÁS.
He oído muchas veces
como me dicen: eso siempre pasa en los trabajos. Vale, puede que pase pero ¿Nos
tenemos que comportar como si tuviéramos 8 años? Por favor maduremos un
poquito, comportémonos como lo que se supone que somos, adultos.
Esta entrada se la
dedico a aquellas personas que alguna vez han sufrido “acoso” en su trabajo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario